Es importante aprender a reconocer cuando tus niveles de estrés están fuera de control. Lo más peligroso de la tensión es la facilidad con que puede arrastrarte hacia arriba. Uno se acostumbra a ella. Se empieza a sentir familiarizado, incluso, que llega a verla como un estado normal. Por lo general, no te das cuenta de cuánto te está afectando.
Los signos y síntomas de sobrecarga de estrés pueden ser muy variados. El estrés afecta a la mente, al cuerpo y al comportamiento de muchas maneras, y todo el mundo experimenta estrés de manera diferente.
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El estrés no siempre se ve estresante
El psicólogo Connie Lillas utiliza una analogía de conducir para describir las tres formas más comunes cómo las personas responden cuando están abrumados por el estrés:
- Pie en el acelerador – una respuesta al estrés enojada o agitada. Estás climatizado, excitado, demasiado emocional, y eres incapaz de quedarte quieto.
- Pie en el freno – una respuesta al estrés retirado o deprimido. Te apagas, espacias, y muestras muy poca energía o emoción.
- Pie en ambos – una respuesta de estrés tensa y congelada. Te «congelas» bajo presión y no puedes hacer nada. Te ves paralizado, pero bajo la superficie estás muy agitado.
Lidiar con el estrés y sus síntomas
Mientras que el estrés sin control es sin duda perjudicial, hay muchas cosas que puedes hacer para reducir su impacto y hacer frente a los síntomas.
Aprender a manejar el estrés
Puedes sentir que el estrés en tu vida está fuera de tu control, pero siempre se puede controlar la forma cómo respondes. Controlar el estrés tiene que ver con hacerse cargo: hacerse cargo de tus pensamientos, tus emociones, tu horario, tu medio ambiente, y la forma de lidiar con los problemas. El manejo del estrés implica cambiar la situación estresante cuando se puede, cambiar tu reacción cuando no se puede, cuidar de sí mismo, y encontrar tiempo para el descanso y la relajación.
Aprender a relajarse
No puedes eliminar por completo el estrés de tu vida, pero puedes controlar cuánto te afecta. Las técnicas de relajación como el yoga, la meditación y la respiración profunda activan la respuesta de relajación del cuerpo, un estado de sosiego que es lo contrario de la respuesta al estrés. Cuando se practica regularmente, estas actividades te llevan a una reducción de los niveles de estrés todos los días y un aumento en los sentimientos de alegría y serenidad. También aumentan tu capacidad de permanecer tranquilo y sereno bajo presión.
Aprender el alivio rápido de la tensión
Todo el mundo tiene el poder de reducir el impacto del estrés, ya que sucede en un momento puntual. Con la práctica, puedes aprender a detectar los factores de estrés y mantener el control cuando la presión aumenta. Las técnicas antiestrés sensoriales te dan una herramienta poderosa para permanecer lúcido y en control en medio de situaciones de estrés. Te dan la confianza para enfrentar los desafíos, sabiendo que tienes la capacidad de llevarte rápidamente a ti mismo de nuevo al equilibrio.
Hay tres métodos generales que pueden seguirse para tratar el estrés, que incluyen la autoayuda, la autogestión y la medicación.
Autoayuda para el tratamiento del estrés
- Ejercicio – el ejercicio ha demostrado tener un efecto beneficioso sobre el estado mental y físico de una persona. Para muchas personas el ejercicio es un destructor de la tensión extremadamente eficaz.
- División del trabajo – tratar de delegar tus responsabilidades en el trabajo, o compartirlas. Si te haces indispensable la probabilidad de que sentirte muy estresado es significativamente mayor.
- Asertividad – no decir que sí a todo. Si no puedes hacer algo de ese modo, o si hay cosas que no son tu responsabilidad, trata de buscar la manera de no mostrarte de acuerdo para hacerlas.
- El alcohol y las drogas – el alcohol y las drogas no te ayudarán a manejar el estrés mejor. O dejas de consumir por completo o reduces el consumo.
- Cafeína – si tu consumo de café y otras bebidas que contengan cafeína es alto, redúcelo.
- Nutrición – comer muchas frutas y verduras. Asegúrate de tener una dieta sana y equilibrada.
- Tiempo – asegúrate de que te tomas un tiempo cada día sólo para ti. Usa ese tiempo para organizar tu vida, relajarte y perseguir tus propios intereses.
- Respiración – hay algunas técnicas de respiración eficaces que ralentizar el sistema y ayudarte a relajarte.
- Hablar – habla con tu familia, amigos, compañeros de trabajo y con tu jefe. Expresa tus pensamientos y preocupaciones.
- Busca ayuda profesional – si el estrés está afectando a tu forma de funcionar, ve a ver a su médico. Un estrés mayor durante períodos prolongados puede ser perjudicial para tu salud física y mental.
- Técnicas de relajación – la mediación, los masajes o el yoga se sabe que ayudan en gran medida a las personas con estrés.
Técnicas de manejo del estrés
El manejo del estrés puede ayudar a cualquiera a eliminar o cambiar la fuente del estrés. Se puede alterar la forma cómo se ve un evento estresante, disminuir el impacto que el estrés puede tener sobre tu cuerpo, y enseñando formas alternativas de afrontamiento. La terapia de manejo de estrés tendrá el objetivo de llevar a cabo uno o más de estos enfoques.
Las técnicas de manejo del estrés se pueden obtener leyendo libros de autoayuda, o asistiendo a un curso de manejo del estrés. También se puede buscar la ayuda de un consejero o psicoterapeuta para el desarrollo personal o sesiones de terapia.
Muchas son las terapias que pueden ayudar a relajarte, como la aromaterapia o la reflexología, que pueden tener un efecto beneficioso.
Medicamentos
Los médicos no suelen recetar medicamentos para hacer frente a la tensión, a menos que el paciente tenga una enfermedad subyacente, como la depresión o algún tipo de ansiedad. Si ese es el caso, el médico está tratando en realidad una enfermedad mental. En tales casos, un antidepresivo puede ser prescrito. Se ha de tener en cuenta que existe un riesgo de que el medicamento va a ocultar la tensión en lugar de ayudar a manejarla y lidiar con ella.